El objetivo de esta curiosa solicitud es poder recrear del modo más fidedigno las condiciones que se encontrarán los cosmonautas en sus paseos espaciales, para que éstos puedan entrenarse en tierra. Pearce ya tiene experiencia en el tema, pues en julio reprodujo para una exposición artística el olor de la estación espacial rusa, la malograda MIR.
La NASA se enteró y le pidió ayuda. "Hay pocas pistas en las que nos podamos basar", afirma. "Están las entrevistas con las personas que han estado ahí afuera, han vuelto luego a la Estación Espacial Internacional, y han contado que al quitarse el traje han percibido olores muy especiales": filete a la plancha, metal y soldadura.
El experto en fragancias afirma que ya han logrado reproducir el olor del chuletón, pero que el metal caliente está siendo más complicado.
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Fuente: 20 Minutos
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