Después de cinco años de relación y un sorpresivo casamiento, el 23 de julio de 2010 (tras sólo seis meses de matrimonio), la pareja decidió separarse. Y luego de la feria judicial de agosto último, se iniciaron los trámites de divorcio.
"Logré reinventarme y salí fortalecida", cuenta la actriz. Y agrega: "Tuve mucha exposición pública que no pude manejar, pero que no fue generada por mí. Hice todo lo posible por preservar a mi hija y nos mudamos a otra casa hasta que pasara todo. Esta es la primera vez que hablo porque ¡ya pasó! Lo único que busqué fue resguardarnos porque yo no tengo nada que ver con el escándalo".
Cuando dice la palabra escándalo, Julieta Cardinali se refiere a la repercusión mediática que causó la aparición de Micaela Breque en la vida de su (hasta ese momento) esposo, en diciembre de 2010, y su posterior affaire con Mariana Diarco. "Fueron momentos dificilísimos, porque todo el mundo sabía lo que me estaba pasando. No pienso entrar en detalles, pero les aseguro que fue mucho peor que lo que salió publicado, porque cuando uno se rodea de gente mala, termina actuando como una mala persona".
Julieta en todo momento aclaró que priorizó su bien y el de su hija Charo, que hoy tiene 4 años: "Nos retiramos porque fue todo muy violento. Por algo pasan las cosas, ¿no? Con todo esto redescubrí adónde quiero ir, qué quiero para mí y para mi hija, y con quién quiero estar". Además, lejos de las especulaciones y rumores, aclaró que "no tuve ni tengo novio". Estará dos meses en Barcelona, junto a su hija, grabando un telefilm llamado Una carta para Evita, en el que interpretará, una vez más, a Eva Perón.
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