El príncipe Eduardo, hijo menor de la reina Isabel II, se ha librado de ser procesado por golpear a su perro.
Eduardo suscitó la ira de los defensores de los animales en el Reino Unido al publicar la prensa el pasado diciembre unas fotos en las que supuestamente aparecía golpeando a su labrador negro durante una cacería.
La Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad con los Animales (RSPCA) informó hoy de que, tras investigar los hechos, ha llegado a la conclusión de que no existen pruebas suficientes para acusar al príncipe.
A finales del mes pasado, la prensa británica difundió varias imágenes que mostraban al conde de Wessex, de 44 años, con ropa de caza, una escopeta bajo el brazo y un palo que blandía cerca de la cabeza de un perro que estaba enzarzado en una pelea con otro can.
Las fotografías motivaron numerosas quejas de los grupos defensores de los animales -muy activos en este país-, pese a que, según el palacio de Buckingham, lo único que hacía el príncipe era intentar separar a dos de sus perros que se disputaban un faisán muerto durante la cacería en la finca de Sandringham (sureste de Inglaterra).
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