Antes de fin de año, los enfermos de Alzheimer contarán con unos parches para aplicarse en la piel con "rivastigmina", el medicamento que los que sufren de esta enfermedad ingieren por vía oral.
Con este avance se podrá administra el medicamente a mayores dosis y de forma más efectiva para retrasar la evolución de la demencia, lo que mejorará tremendamente la calidad de vida tanto de pacientes como de sus familias.
Luis Aguera, investigador del Proyecto Alzheimer de la Fundación Reina Sofía explica que los parches se aplicarán diariamente en diferentes partes del cuerpo y que costarán lo mismo que en su presentación oral (110 euros al mes), además se llamarán igual (Exelon y Prometax).
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