miércoles, 10 de diciembre de 2008

Documental "Right to die" (Derecho a morir) arma polémica


Gran polémica por el documental "Right to die" (Derecho a morir)que se emitirá esta noche a las 21:00 (hora local del Reino Unido) y en donde se muestran las últimas horas y la muerte del ex profesor universitario estadounidense Craig Ewert. El hombre, de 59 años, se quitó la vida en septiembre de 2006 con ayuda de la controvertida organización suiza Dignitas.

Ewert padecía una enfermedad neuronal degenerativa incurable, que llevaba progresivamente a la paralización del cuerpo y que, según los médicos, conduce a la muerte en entre dos a cinco años.



Cuando la evolución de la enfermedad comenzó a acelerarse, el hombre decidió suicidarse en una clínica de Dignitas en Zúrich. Allí, recibió un vaso con una dosis mortal de un somnífero, que ingirió con ayuda de una pajita.

Dado que sus brazos ya estaban paralizados, a continuación accionó con la boca un reloj con temporizador, que desactivó la respiración asistida 45 minutos después. Mientras moría, la cámara continuó grabando.

"Si hubiera estado completamente paralizado y no hubiera podido hablar, ¿cómo le hubiera podido decir a alguien que sufro? Habría sido un infierno", dijo Ewert antes de su muerte a la cámara. "De haberme decidido por la vida, me habría decidido por la tortura".

Fuente: DPA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Craig Ewert, ¿Derecho a morir?, Por el Dr. Daniel Barone[1].

Debemos diferenciar la asistencia al suicidio de la eutanasia. No deberíamos confundir ambos términos. Aunque sea con el consentimiento de la víctima, la eutanasia es siempre provocada por otras personas; es un homicidio con unas características determinadas. Si es uno mismo el que se provoca intencionadamente la muerte se habla de suicidio, y se denomina suicidio asistido cuando es el médico quien proporciona un fármaco letal al enfermo, pero es éste quien se lo administra a sí mismo, es decir quien realiza el último movimiento para tal fin.

Hoy en día, dentro del término "eutanasia" se incluyen conceptos de encontrada significación ética, y es necesario conocer el significado real del mismo, diferenciándolo de otras prácticas perfectamente admisibles desde un punto de vista ético y legal.

Este hecho debería ser considerado como el suicidio fríamente decidido por quien recibe los adecuados cuidados paliativos y apoyo moral para su enfermedad, al que denominaría suicidio racional

La reflexión sobre la ética de las decisiones relacionadas con escoger la muerte o provocarla, pocas veces la literatura da con categorías bien delimitadas. Los puntos de vista sobre el suicidio y sobre el homicidio pocas veces han sido paralelos.

Es indiscutible que la mayor parte de los medios se manejan sin ética o con una ética deformada, por tanto, en este contexto, no sólo es posible cometer injusticias, sino además, no respetar al ser humano. Los actos del hombre pueden ser calificados de buenos o malos, según obren siguiendo a la naturaleza misma de las cosas u obstruyéndola. Si la naturaleza del hombre reputa como malo el homicidio (quitar el ser), y como buena, la defensa propia (mantener el propio ser), entonces la moral es objetiva y no subjetiva, ya que se da en la misma naturaleza de las cosas, y no es inventada por el hombre. Mantener el propio ser lleva finalmente a concluir que no es bueno matarse, o matar a otro ser. Pero este documental esgrime un área de moralidad más compleja, ya que implica decisiones sobre quitar o no mantener el ser, en determinadas situaciones. En estos casos las imágenes son sólo proyecciones superficiales.

Esta es una de las tantas intervenciones licenciosas de los medios de comunicación para obtener ganancias en este anómico juego de las utilidades marginales, cuyo interés se respalda en la morbosidad social amplificada, despersonalizada y fría, que rompe la esfera espiritual o psico-afectiva del cuerpo doliente. Una contravención directa con el ethos de la ciencia de la salud al borde de enrolarse en la cultura del “death control”.

Si la ciencia es incapaz de elegir entre valores supremos contradictorios, con mayor razón la sociedad influida por una caja inerte y estúpida[2].

El simplismo con que suele plantearse a la opinión pública un tema tan complejo, lleva a dudar del valor real de este video como de las abundantes encuestas a favor de la eutanasia que esgrimen sus partidarios, y cuyo objetivo es crear la falsa imagen de una "amplia demanda social". Pero no es más que una campaña de marketing tendiente a crear una opinión pública favorable, técnica que en países, llámense desarrollados, ha sido muy útil en las campañas pro-aborto, pro-eutanasia y pro-homicidio consentido[3].

Es necesario ilustrar a la sociedad sobre la eticidad de estas decisiones vitales a las cuales el hombre no puede eludir, donde el dolor, la enfermedad y la muerte son los componentes inseparables en el destino de cada uno. Esta filmación no ayuda al hombre a estructurar ideas y actitudes hacia la enfermedad y hacia el enfermo, hacia el sufrimiento y hacia el sufriente.

Una visión que lleva al hombre a considerar que no hay destino final y trascendente, que el derecho a la vida no es inviolable, que puede dejar de ser tutelado por el Estado cuando se considere conveniente, y que la felicidad individual es la meta suprema a la que se debe aspirar, no importando los medios ni los fines, el sentido del bien y del mal no quedan diferenciados como acontece actualmente. Considerar que los cambios permanentes trastornan y convierten los valores morales como algo relativo, cambiante según los lugares y la época, no implica que no debamos revalorizarlos, adaptándolos a los cambios. Pero la dignidad de la persona humana está más allá de reflexiones biológicas, anatómicas, fisiológicas, bioéticas o jurídicas.

Al hombre de hoy, que se ufana de su libertad o de su autonomía, le resulta más cómodo responder una orden de un superior y copiarse de los demás que ser moralmente responsable de uno mismo. ¿Dónde hallamos la virtud en la eutanasia?,. Legislada favorablemente, ¿el enfermo irremediable no optará por ella al sentirse moralmente obligado con su presencia?.

Por ser la técnica y la compasión atributos muy propios del médico y de la enfermera competente, se explica que la condena deontológica de la eutanasia sea muy fuerte. La eutanasia destruye el núcleo ético de la profesión. Cuando el médico rechaza la eutanasia, no está simplemente siguiendo sus convicciones morales o los preceptos de una tradición profesional milenaria: está siendo fiel a lo más genuino de su profesión.

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Referencias:
[1] El Dr. Daniel Barone es Abogado y Doctor en Derecho. Autor de ensayos doctrinarios en Bioética y Medio Ambiente. Investigador y expositor Universitario.

[2] Kelsen, Hans, ¿Qué es la Justicia?, ed. Planeta- Agostini, Barcelona, 1995, págs. 10 , 63.

[3] La Federación Mundial de Sociedades para el Derecho a Morir, una red internacional para promover la eutanasia. Actualmente deben existir más de treinta organizaciones miembros de esta red, dedicadas a crear un clima de opinión favorable a la legalización de la eutanasia y a llevarla a cabo en cualquier forma que pueda hacerla aceptable en sus respectivos países.

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