Al ser cambiado, el peruano Paolo Guerrero sale con una cara de pocos amigos, hace el ademán de una patada antes de entrar a los vestuarios que es a donde se dirigió derechito luego de abandonar el campo. No le gustó nadita que lo hayan cambiado en el partido de su equipo, el Hamburgo, y el Bayern de Munich que finalmente terminó empatado a cero.
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